martes, 24 de junio de 2008

De malas maestras

En México existe mala calidad en la educación. Pero nada como la que recibió mi hija Paola en este año que, gracias a Dios, termina.

Por esas cosas de andar persiguiendo la chuleta, terminamos lléndonos a vivir a Xalapa, Veracruz. Por consiguiente, mi hija mayor, Paola, tuvo que dejar la escuela en la que estaba en el rústico pueblito de Zacualpan de Amilpas, Morelos.

La mamá, preocupada de que dejaba una escuela pública de un pueblito desconocido para la gran inmensa mayoría de la gente, creía (al igual que yo) que al llegar a la capital veracruzana estaría en una gran desventaja educativa. FALSO. El nivel de la escuela primaria de Zacualpan (con todo y sus carencias) fue superior a la de Xalapa. No nada más en el ámbito educativo, también en el de calidad humana (tanto de maestros, como de alumnos).

No me extenderé mucho en el tema, realmente no merecen que hablemos de ellos, pero baste lo poco que escriba para darse una idea general del asunto.

Los directores. El de Zacualpan era a fin de cuentas un hombre de campo, con el corte machista de la vida rural, pero respetuoso con las madres y padres de familia, sencillo, dedicado y humilde para saber reconocer todas las deficiencias de su escuela, de sus maestros, de sus alumnos y de la comunidad en general, por lo que sabía que debía de hacer para lograr los mejores resultados dentro de la comunidad infantil que dirigía. La de Xalapa, una mujer de origen también rural, pero venida a la ciudad, con la idea de que ya se había comido el mundo y que su opinión es la verdad absoluta, con la sola autoridad por arriba de ella del sindicato de maestros. Por lo tanto, la comunidad infantil es un reflejo de la sociedad del país y lo único que queda es que pasen de año lo mejor preparados que se pueda (no un pueda de resultados óptimos, sino un pueda de entre lo perdido lo encontrado es bueno).

Los maestros. El de Zacualpan bonachón, timorato, dificil en su interrelación con los padres por sentirse rebasado; pero amable y dedicado con los niños, tenaz en sus ganas de que aprendan, porque sabía que la única manera de salir adelante es preparándose (si los que se preparan la tienen dura, los que no "pos ni hablar"). La de Xalapa, ahora si que pues les digo. Es la maestra más complicada de calificar desde que a mi hija recibe estimulación temprana. Vamos, no tengo ni comparativos con las que conocí yo de niño (ni mi esposa). Cochina a decir basta (en los armarios donde se deben de guardar los libros y cuadernos, guardaba comida chatarra, por lo tanto el mueble de madera era un multifamiliar de cucarachas de recio abolengo), mentirosa (con los niños, la directora y con los padres de familia), vengativa, sin capacidad para explicar sus clases (vamos, ni la clase abierta para la que se preparó todo el año --o por lo menos eso debió de hacer--), desactualizada...

Los alumnos. Los niños de Zacualpan, peleoneros y machitos (herencia de la educación de las madres, por cierto). Los varoncitos de Xalapa, peleoneros, mal educados y machitos (resultaron más vulgarcitos). Las niñas de Zacualpan buenas amigas o buenas compañeras o buenas desconocidas. Las niñas de Xalapa, malas amigas o malas compañeras o desconocidas a secas.
En general la infancia de Zacualpan de espiritu sano, noble. El de la infancia de Xalapa sumamente precoz, mal informado, no muy sano de espiritu y muy amenazado por el alcohol y las drogas (notose de que hablo de una primaria).

Parecerá muy viceral el comparativo, pero quien lo pagó fue mi hija. En Zacualpan entraban a la casa para jugar con mi hija una estampida de mocosos y mocosas que, como no cabían en la misma, lo que hacían era irse a jugar a otro lado. Y no eran del mismo grado escolar, eran de otras edades, desde las mayorsitas que parecían maestritas con su kinder, hasta los de cuatro años que no sabían a que iban pero allí estaban. En Xalapa solo hizo una amiga, entre las que ya creen que son mayorsitas para hablar de cosas de adultos (novios, sexo, drogas, brujería y demonios) y las dos inmaduras (entre ellas mi hija) que se divierten como lo que son: niñas.

1 comentario:

Krueger Vehm dijo...

Que onda don Aldo, espero que esto llegue a tu cuenta de correo, te dejo el Mio escuelamagnetica@hotmail.com

saludos Mauricio